martes, 24 de agosto de 2010

Los mejores de Brooklyn (Antoine Fuqua, 2010)


Es interesante como Antoine Fuqua quiere parecerse a Sidney Lumet en este drama sobre policías a merced de la corrupción, el riesgo y el heroísmo que haga falta para sobrevivir en una Brooklyn de postal decadente. No deja de ser tranquilizador que Los mejores de Brooklyn esté más cerca de la sobrevalorada pero tampoco estaba tan mal, Día de entrenamiento (la película consagratoria de Fuqua con tema e intenciones similares) que de Rey Arturo, que es mercadería fallada. La idea es contar las penurias de tres policías: un veterano con la posibilidad de redimirse (Richard Gere con los gestos de siempre), un padre de familia con apremios ecónomicos y demasiadas tentaciones (Ethan Hawke) y un agente encubierto que empieza a torcer el imán de sus fidelidades hacia el lado de los malos (Don Cheadle). El tono es lúgubre porque los personajes y la realidad están pintados con los sombríos colores que corresponden a tiempos tan atribulados. Transcurre en barrios feos, bulines y comisarías que se retratan con un realismo publicitario que cumple con creces su función de darle la creatividad artificial que se necesita en ocasiones en las que se quiere darle a todo una pátina de película seria. Por momentos consigue serlo y es cuando se confunde con mucho cine policial de la década de 1970, lo que es todo un elogio. Un drama sobre la vida de tipos que entendieron hace ya un tiempo que ese viejo asunto del bien y del mal se fue al diablo y que sólo se trata de llegar a la noche ileso, física y moralmente. Y que no siempre se logra.

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