lunes, 3 de mayo de 2010

Entre nosotros (Alle Anderen, Maren Ade, 2009)


Ya no se hacen películas como Entre nosotros. Una pareja alemana de vacaciones en Cerdeña habla de las cosas que hablan las parejas alemanas de vacaciones en Cerdeña. No deja de ser un valiente anacronismo de la guionista y directora Maren Ade contar en esa historia por el mismo lado que lo harían, por ejemplo, Bergman o Rohmer, para ubicar el asunto. Es así de claro, dos alemanes —Gitti es empleada de una discográfica; Chris, arquitecto— intentan construirse como pareja a pesar de la renuencia del muchacho (que es bastante cortado) y cierta insistencia de la muchacha (que es más expresiva). No hace mucho que están juntos y no tienen muy claro hacia dónde van. Una accidentada excursión en una montaña funciona como imagen del lío en que se están metiendo: una pareja es una travesía complicada donde a veces lo que más cuesta es decidir sobre insistir en llegar a la cumbre o encarar el regreso a la llanura; en cualquier caso uno siempre temrina perdido. Los tipos la van llevando por lo menos hasta que irrumpe otra pareja con asuntos más resueltos (él es un arquitecto exitoso y expansivo, ella, una diseñadora famosa y embarazada) y con una camaradería que Chris envidia y Gitti admira, sí, pero también la hace sentir excluida. Una cena entre amigos dejará en claro algunas de esas incomodidades. El registro que hace Ade de esta pareja “en construcción” es el del testigo atento a los detalles. En una canción compartida con letra acorde al momento, hay un intercambio de miradas que deja claro lo que falta decir o lo que no se dirá jamás; en el silencio de un comensal queda trazada una incomodidad que va más allá de una anécdota de dudosa gracia. La idea de la muerte, más simbólica que física, representa esa idea de un amor que, como todo, podría tender a apagarse. La cámara está ahí como acompañando el camino de esta pareja (que anda por la vida en una semidesnudez casi salvaje apenas alterada por un vestido que, simbólicamente, ella no se decide a conservar) que, a pesar de que tener bien claro que el amor siempre lleva a un desfiladero, quizás se aventure, como tantos, a escalar esa montaña llena de silencios, frases a medias y honestidad brutal pero, eso es lo mejor, también tan llena de complicidades.
Acá, la sinopsis con subtítulos en inglés.

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