martes, 24 de agosto de 2010
Los mejores de Brooklyn (Antoine Fuqua, 2010)
De París con amor (Pierre Morel, 2010)
domingo, 6 de junio de 2010
Días de ira (F. Gary Gray, 2009)

sábado, 29 de mayo de 2010
Robin Hood (Ridley Scott, 2010)
martes, 18 de mayo de 2010
Hermanos (Jim Sheridan, 2009)
lunes, 17 de mayo de 2010
Habrá que ver (2)
viernes, 14 de mayo de 2010
Desde mi cielo (Peter Jackson, 2009)
Es un bolazo. Y uno tenía derecho a esperar algo mejor. Después de todo es Peter Jackson y uno ya sabe que detrás de la faraónica cursilería de El señor de los anillos, el entretenimiento hi-tech de King Kong y toda esa novelería de los efectos especiales, reposa un director de talento capaz de manejar sensibilidades personales y no sólo grandes presupuestos y escenarios. Era un buen antecedente que su mejor película fuera Criaturas celestiales, en la que retrataba, con esmero y muchos menos recursos, el fantasioso mundo de irrealidad de dos adolescentes psicóticas en la Nueva Zelandia de la década de 1950. Allí había un director. La historia de Desde mi cielo le permitía jugar con las mismas herramientas de ese antecedente al contar una historia doméstica y adornarlo con su imaginación para crear universos inéditos. Es que se trata (a partir de una novela de Alice Sebold) de una adolescente muerta por un asesino en serie y que desde el más allá (todo indica que el lugar tiene las comodidades del purgatorio) ve cómo su familia busca recomponerse de la pérdida (no lo consiguen mucho) y el demente anda en la vuelta y tiene a su hermana mayor como un objetivo. Así la adolescente se pasa entre seguir adelante hacia lo que sea que venga después en la muerte o mantenerse cerca a fuerza del amor de su padre, un romance truncado y del peligro de que su asesino vuelva a atacar. El planteo es interesante, pero hay una tendencia hacia el facilismo cursi —ese que quedaba claro en la música de Enya o el peinado del personaje de Orlando Bloom en El señor de los anillos— que hace que todo termine deshilachado. Al final se deriva a una visión new age sobre el karma, el dolor, el primer beso, la familia, la inocencia y el desprendimiento en un cóctel que termina siendo letal ya cerca de los créditos finales con fantasmas buenos y castigos ejemplares. Lo mejor, entonces, pasa por el imaginario visual (y computarizado) que Jackson despliega en el más allá (una sucesión de escenarios visualmente muy atractivos), y una clásica secuencia de asesino que vuelve a casa y potencial víctima que es pillada husmeando que consigue el suspenso requerido aunque deriva en un anticlimax romántico bastante torpe. La idea repetida (padre e hija se dedican a armar barcos dentro de botellas, entre otros datos) es que estamos encerrados en mundos que nos mantienen aislados y que a veces conviene avanzar y dejarlos atrás. Pero es precisamente la combinación de los dos mundos lo que termina entorpeciendo el resultado. Peter Jackson parece estar en el limbo por el que deambulan los grandes directores que aún pueden hacer una gran película. Claramente no es ésta.lunes, 10 de mayo de 2010
La patada de Godard
lunes, 3 de mayo de 2010
Entre nosotros (Alle Anderen, Maren Ade, 2009)

lunes, 19 de abril de 2010
Julie & Julia (Nora Ephron, 2009)

Para un hombre es difícil ir libre de prejuicio a ver una película como ésta que no disimula nunca que es una comedia para novias y esposas; la escribe, la dirige y la protagonizan mujeres. Pero la verdad, no está mal. No es una maravilla (está lejos de lo mejor de su directora: Cuando Harry conoció a Sally y Sintonía de amor son libretos de Ephron), pero todo funciona a la altura de sus pretensiones: ser una agradable comedia femenina. Meryl Streep es Julia Childs, una suerte de Cordon Blue estadounidense que, en tiempos de la televisión blanco y negro enseñó a todo un país a cocinar con algo de refinamiento. Julie (Amy Adams) es una joven esposa actual, bastante aburrida con su trabajo que se propone la titánica tarea de hacer cada receta de Julia Childs y publicar los resultados en un blog. La película muestra las dos historias —que son reales y transcurren a 40 años de distancia— en paralelo, sí, pero hacia un mismo destino: la posibilidad de superación de una mujer que se sienta más o menos frustrada con su vida. No infeliz, sólo algo frustrada. Ambas mujeres están, de hecho, felizmente casadas y el respaldo que da un matrimonio bien llevado es otra de las hipótesis que comprueba la película. Todo lleva a un final feliz porque esa es una convención del género.
domingo, 4 de abril de 2010
Premios de Cinemateca
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Premios Especial del Jurado. Vincere, de Marco Bellochio (Italia). Norte, de Rune Denstad Langlo (Noruega) y La Pivellina, de Tizza Covi y Rainer Frimmel (Italia), por su frescura y calidez para narrar, con una mirada casi documental, una historia tierna y humana.
Mejor Documental. Süden, de Gastón Solnicki (Argentina).
Mejor Cortometraje Uruguayo. Tuya, de Iván Mazza, por la manera eficaz en que desarrolla, a partir de una idea no necesariamente original aunque sugestiva, una trama atrapante y muy bien realizada.
Mejor Cortometraje Internacional. Alejate, de Paloma Aguilera Valdebenito (Holanda, 2009) y Un amorío con muñecas, de Hans Montelius (Suecia, 2009)
Premio del público. La cinta Blanca, Michael Haneke
jueves, 1 de abril de 2010
The Imaginarium of Dr. Parnassus (Terry Gilliam, 2009)

Es aceptado en círculos relativamente civilizados que cualquier exceso está mal. Terry Gilliam debe saberlo. También que cuánto más se sube en la escala del exceso, más estrepitosa es la caída. Esa ha sido la apuesta más importante de este director que supo ser conocido como el "americano de los Monty Phyton" antes de convertirse en un autor con películas importantes como Brazil, 12 monos y Pescador de ilusiones. Hay otra parte de la filmografía de Gilliam que puede rotularse como el precio a pagar por los excesos cometidos. El imaginario del Dr. Parnaso (que hoy se estrena en Montevideo) es de esa categoría. Películas como Fear and Loathing in Las Vegas o el inconcluso proyecto sobre el Quijote, son la razón por la que después hay que hacer cosas como Los hermanos Grimm. En la del Dr. Parnasso se le permite mezclar las dos cosas: cierta justificación comercial con algunas de sus mañas más personales que lo convierten, mal que le pese, en un Peter Greenaway con mucha menos suerte artística. Gilliam gusta del despliegue, del artificio y los grandes escenarios operísticos, un estilo que, se insiste, puede llegar a ser su propia ruina. Parnaso es un artista de vodevil ambulante pero con un tarea de tiempo completo hace más de mil años: un enfrentamiento entre inmortales con el diablo por hacer prevalecer su idea de la armonía terrestre. Lo camufla con una rutina de magia que parece medio cutre pero que ofrece un paseo por la propia mente del voluntario del público que es bastante real. En el camino se cruzarán (al "Señor" lo acompañan un enano compinche, una virgen y un adolescente en edad de merecer) con más de un obstáculo, el rechazo de públicos varios, las bravuconadas del demonio (que tiene la pinta de Tom Waits) y un filántropo perseguido por sus acreedores. Salvar el mundo así no es muy fácil. La muerte de Heath Ledger antes de terminar su parte obligó a ciertas licencias artísticas como el uso de Johnny Depp y Jude Law para suplantarlo en algunas escenas. Eso le salió bien. Pero lo mejor del asunto pasa por lo que podía haber sido, no por lo que es: un vistoso caos cinematográfico, lleno de efectos y recursos entrañables, sí, pero que revelan los limitados alcances de un director que de esta clase de cosas alguna vez pudo haber hecho una obra maestra.
trailer acá.
miércoles, 31 de marzo de 2010
martes, 30 de marzo de 2010
Los abrazos rotos (Pedro Almodóvar, 2009)
Los abrazos rotos (que se estrenó en DVD y de la que acá algunos clips) es la culminación del Pedro Almodóvar, aquel punk atrevido que aprendió que la vida es un melodrama y que como tal hay que contarla en las películas. Cuando lo hace bien (La flor de mi secreto, Todo sobre mi madre, Volver), le sale mejor que a nadie. Este no es el caso. La historia es la de un director/guionista de nombre y apodo (Mateo Moreno/Harry Caine, como para indicar que la vida está llena de duplicidades) que se ha quedado ciego, y de su romance pasado con la estrella de una de sus películas, la mantenida de un millonario que está celoso y con razón. Ese sería el núcleo pero hay bastante más. La lista de aderezos incluye casi una remake de aquella Mujeres al borde de un ataque de nervios (en el sentido autoreferencial; en el de qué es la realidad y qué la ficción y sobre cómo se puede mejorar el pasado y sus errores) hijos reconocidos y de los otros, romances pasionales y platónicos, la aridez de Lanzarote y Penélope Cruz vestida de Audrey Hepburn y Marylin Monroe. El pastiche funciona más o menos hasta la mitad cuando la trenza se entrevera demasiado y lo único que sobrevive es un cuidado formal extremo con esos encuadres donde todo está en su lugar, algunas escenas conmovedoras y las citas cinéfilas (el Rossellini menos neorrealista, entre las explícitas; Vertigo de Hitchcock entre las implícitas mal disimuladas). Esos momentos sirven confirmar que Almodóvar aún es está en pleno uso de su pulso, incluso cuando parece temblarle. El problema es que ante cualquier amague de tropezón como éste, viene el miedo de que lo arrebate el síndrome Woody Allen, aquel que hace que grandes directores remplacen cantidad por calidad y desafìo por piloto automático. Calificación: 3 y medio
Bukowski: Born Into This (2003, John Dullaghan)

Amelia (Mira Nair, 2009)

Los mejores de Brooklyn (Antoine Fuqua, 2010)
Es interesante como Antoine Fuqua quiere parecerse a Sidney Lumet en este drama sobre policías a merced de la corrupción, el riesgo y el h...
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Es un bolazo. Y uno tenía derecho a esperar algo mejor. Después de todo es Peter Jackson y uno ya sabe que detrás de la faraónica cursilería...
